Entrevistamos a Tytti Thusberg, diseñadora finesa especializada en el campo del slow fashion, que ha impartido en Creanavarra la máster class-taller sobre moda y upcycling, un área en la que se ha especializado durante su trayectoria profesional, en la que también ha cultivado diferentes ámbitos como el artístico, el teatral y el educativo.
En España somos cada día más conscientes de la importancia del reciclaje pero, ¿crees que ya se está aplicando el upcycling?
Hoy en día hay muchas marcas de distintos estilos de moda sostenible, el movimiento ha ido creciendo sobre todo en últimos cinco años. El upcycling se practica desde hace muchos años, pero más en complementos que en prendas y es lógico, porque para crear una colección de prendas upcycling, hace falta mucha materia prima. Pueden ser excedentes de la fabricación o, por ejemplo, textiles de segunda mano y no es muy fácil encontrar masivamente esa materia prima; pero por otro lado, ese es el encanto del upcycling, que no hay diseños exactamente iguales.
Entre tus proyectos de upcycling, ¿cuál destacarías? ¿Por qué?
Por un lado, tengo diseños que presento exclusivamente en pasarelas o exposiciones. Esas creaciones son bastante impactantes y sirven para concienciar, pero esas mismas prendas sirven de inspiración para diseños más llevaderos y prácticos.
Aparte de eso, tengo una gama de bolsos llamado “Slowbag” a base de cinturones de seguridad y arneses usados. La materia prima procede de desguaces o son residuos industriales y el forro está hecho con tela de fabricación excedente. Los únicos elementos nuevos son los hilos y las cremalleras, que son españolas y con certificados medioambientales.
Los bolsos Slowbag están diseñados y elaborados para que sean bolsos para “toda la vida”. Es un producto sostenible, ya que utilizo un material que en otro caso sería destinado al vertedero pero para el que utilizo un método de elaboración tradicional, el método de entrelazado, con un acabado artesanal muy cuidado. El resultado es un moderno, elegante y atemporal bolso, que se adapta a gente de todas las edades y estilos y por supuesto respeta el medioambiente. Es un producto fácil de llevar.
¿En qué iniciativas estás trabajando actualmente?
Lo más urgente que tengo es la creación de esculturas artísticas para la exposición individual de la galería Ekain en Donostia, una exposición que formará parte de la inauguración de la capitalidad cultural Donostia-San Sebastián 2016.
También estoy trabajando constantemente en la producción de bolsos Slowbag y, de forma paralela, estoy iniciando dos proyectos de vestuarios de teatro. En uno de ellos, soy diseñadora y llevo también la producción y en el otro soy directora de la producción de vestimenta. Este último va a ser un proyecto muy amplio e intenso con participación de mucha gente.
Y de cara a la próxima primavera tengo un proyecto de dimensión internacional muy interesante entre manos, pero es temprano de hacerlo público todavía.
En el ámbito artístico estás más enfocada al campo del teatro, ¿cómo trasladas el mundo del reciclaje a las artes escénicas?
En general, en las vestimentas de teatro se utilizan muchos textiles de segunda mano, es algo que hago siempre que se pueda, aunque no siempre es posible por la cantidad de vestidos o por su carácter.
Por otro lado, la elaboración de esas vestimentas es muy artesanal y en mi caso me encargo de hacerlo personalmente. Además hay que tener en cuenta que no se trata de moda, sino de teatro, arte. Muchas veces las giras duran años, por lo tanto, las prendas están en uso constante y una vez terminada la gira, los vestidos se almacenan y en el futuro pueden tener otro uso.
¿Cómo ha sido la experiencia de impartir la máster class – taller en Creanavarra?
Muy positiva, aunque breve. Espero haberles podido mostrar a los alumnos unas pinceladas y posibilidades, que ofrece el upcycling. Me gustaron mucho los diseños que los alumnos habían creado en sus clases, coincidían con lo que les estuve enseñando.
¿Qué mensaje te gustaría trasladar a los alumnos de la carrera de Diseño de Moda de Creanavarra?
Para ser un buen diseñador, te tienen que interesar todas las disciplinas que estás estudiando, desde los materiales, el patronaje y las técnicas de costura, hasta el dibujo y la escultura; y utilizar todos estos conocimientos para crear diseños, pero lo fundamental es seguir la voz interior. El campo de diseño es muy amplio y si encuentras dentro de ese campo una rama, que te apasiona especialmente, recomendaría seguir trabajando en ese campo y fomentar el conocimiento también fuera de las clases. Especializarse en algo que sientas tuyo, es fundamental, pero también ser curioso y estar abierto al mundo.
