Mikel Muruzabal es fotógrafo y fundador de Mikel Muruzabal Studio y el pasado sábado, en el marco de la jornada de puertas abiertas de Creanavarra, impartió una máster class sobre fotografía y diseño en los ámbitos de la moda y la publicidad, donde pudo explicar a los asistentes las oportunidades que ofrece este sector. En esta entrevista profundiza en aspectos como su trayectoria profesional y detalla qué le aportado esta especialización dentro de la fotografía.
¿Cuáles fueron tus inicios en el campo laboral?
Después de un par de años como aficionado, comencé a recibir encargos de arquitectura porque era el tipo de fotografía que tenía en mi portfolio, era lo que había hecho hasta entonces. La moda fue algo accidental, pero descubrí que me gustaba más de lo que había imaginado, ya que permite una gran libertad creativa.
¿Por qué te has especializado en el sector de la fotografía de moda y en el universo de la publicidad?
A mi lo que más me gustaría es hacer exclusivamente proyectos personales, pero cuando comencé ya tenía muchos gastos, una hipoteca y facturas por pagar, así que tuve que centrarme en un área de la fotografía que me diese beneficios inmediatos. Además, dentro de la fotografía comercial la moda y la publicidad son las áreas en las que más puedes desarrollar tu creatividad y en las que más puedes crecer como fotógrafo, así que lo he tenido claro desde el principio.
¿Qué particularidades tienen frente a otros nichos de mercado?
Creo que se necesita un gran bagaje cultural y una gran calidad técnica para poder afrontar los diferentes retos que presenta cada una de esas especialidades, además de una mejora continua. A veces hay mucha presión, pero es un tipo de presión que a mí me gusta. La llevo mejor que, por ejemplo, la presión que se siente al hacer una boda, la cual no me gusta. Me gusta trabajar en mi estudio y, sobre todo, para gente que entiende de imagen.
¿Cuál ha sido tu trabajo más complicado? ¿Cómo superaste el reto?
Creo que fue un trabajo para una marca alemana de relojes en el que todo salió mal desde el principio. El día de la sesión en Madrid se rompió el coche en la segunda planta de un garaje con todo el equipo dentro, unas quince personas esperando en el estudio que estaba en la otra punta de la ciudad y sin oportunidad de hacerlo otro día. Llegamos al estudio tardísimo y no pude hacer el trabajo en condiciones. Luego tuve que ingeniármelas en la postproducción para lograr lo que el cliente quería, pero no tenía suficientes imágenes. El trabajo quedó bien, pero yo no me quedé nada contento porque creo que se podría haber hecho mejor.
¿Hacia dónde se dirigen las disciplina del diseño y la fotografía? ¿Qué tendencias observas?
En el diseño no estoy tan al día, aunque me encanta. Creo que últimamente se ha vuelto más orgánico y más complejo a la vez, y me gusta. En cuanto a la fotografía, se observa claramente una tendencia más natural, sin tanta postproducción, aunque en los trabajos comerciales se seguirá usando sin complejos.
¿Cómo ha sido la experiencia de impartir una máster class en Creanavarra?
Ha sido gratificante compartir con los alumnos mi experiencia como fotógrafo comercial, el desarrollo de proyectos y la presentación de estos a nuestros posibles clientes, además de diferentes modos de construir imágenes, tanto en postproducción como con pequeños escenarios creados para cada ocasión.
¿Qué mensaje trasladarías a sus estudiantes de Diseño?
Siempre he dicho lo mismo: aprovecha el tiempo. El tiempo pasa muy rápido, tanto si lo aprovechas como si no, y en este tipo de profesiones cada vez hay más competencia y están peor pagadas, así que hay que trabajar muchísimo. Primero para encontrar tu voz, tu estilo personal, y luego para hacerte un hueco en el mercado. En cualquier caso, si tu voz es “única” y a la vez “vendible”, los clientes irán llamando a tu puerta, y es un trabajo muy gratificante que yo no cambiaría por nada.
