Una pequeña startup de San Francisco formada por los diseñadores Brandi DeCarli y Scott Thompson han desarrollado una idea en la que unos simples contenedores de carga, se convierten en una oportunidad de vida ofreciendo un espacio para cultivar de forma sostenible alimentos para 150 personas.
La idea de crear un huerto sostenible les surgió durante su viaje a Kenia, en el que descubrieron que con una infraestructura económica, se podía construir esperanza. El espacio genera de forma autónoma su propia energía, permitiendo en una hectárea de terreno, todo lo necesario para para cultivar y alimentar a la población de sus alrededores. El diseño integra un sistema de agua, una bomba solar y riego por goteo, además de una red que permite controlar por WiFi la granja.
Un diseño de producto que aúna tecnología y sostenibilidad en un solo paso, al tiempo que ofrece una oportunidad única a los pueblos de la zona, que por razones económicas no pueden abastecerse de forma natural.
[youtube id=»VlcijvWRJGU»]
