La sociedad actual vive sumergida en el mundo de las tecnologías y guiados por sus pasos envuelve casi todos los aspectos de nuestras vidas. La moda, que no ha querido quedarse atrás en este encuentro, busca su hueco entre la complejidad de las ciencias. En realidad, los diseñadores llevan incluyendo desde hace tiempo en sus desfiles las posibilidades que ofrecen los avances técnicos. Sin embargo, solían hacerlo, enfocados a crear magia en el escenario y en su puesta en escena.
La novedad ahora radica en trasferir estas artes a las propias prendas. Hussein Chalayan ha sido uno de los primeros en sumergirse en esta experiencia aplicando a sus colecciones métodos distintos de los comúnmente conocidos. La pasarela primavera-verano 2007 fue un claro ejemplo de la propuesta de Chalayan, donde el público quedó deslumbrado por la facilidad con la que las prendas cambiaban de forma y color en cada paso.
El resultado fue posible gracias a la presencia de unos microcontroladores en las fibras que permitieron crear el encanto.Al igual que Chalayan, el diseñador Vega Zaishi Wang quiso probar suerte y sorprendió al auditorio con trajes electroluminiscentes que crearon un efecto estelar.
Las iniciativas, que por ahora se pueden disfrutar solo en las pasarelas, van alcanzando poco a poco el mundo de los artistas musicales y pretenden alcanzar en algún momento al ciudadano de a pie. La revolución robótica se entremezcla con el diseño de moda para ofrecernos productos sorprendentes y llamativos, ofreciendo a la moda la oportunidad de una nueva era.