Como estudiante de Diseño de Interiores y desde mi experiencia, he podido comprobar cómo durante estos tres cursos que he realizado, el aprendizaje ha sido poco a poco y de forma paulatina, sentando las bases y adquiriendo los conocimientos precisos para ser capaz, en el tercer curso, de desarrollar proyectos de interiorismo completos y de notable complejidad.
Es en el tercer curso cuando todo lo aprendido anteriormente se deberá tener en cuenta para conseguir que las prácticas queden bien ejecutadas y resueltas en todo su contenido. Para llegar a estos resultados, es muy importante que todo lo aprendido quede claro y no caiga en el olvido.
En estos trabajos de fin de carrera es cuando debemos resolver todos los aspectos que intervienen en su totalidad. De este modo, hay que hilar fino, plantearse multitud de preguntas e ir resolviendo poco a poco los problemas que se irán sucediendo, para así solucionar y justificar debidamente cada asunto.
En mi opinión, la complejidad del proceso proyectual radica precisamente en el hecho de que cada elemento del diseño deseado debe quedar bien resuelto en muchos términos, como podrán ser: contexto, necesidades, estética, funcionalidad y usos, ambiente, espacio, aspectos constructivos y componentes normativos. Para conseguir que todos estos términos queden bien justificados nos enfrentaremos a multitud de problemas y dilemas cuya solución planteará más problemas y más dudas, perdiendo en ocasiones el sentido del origen de todo ese torbellino de cuestiones desencadenadas a partir de un motivo en concreto. Suele ser,en este punto de trabajo, cuando se tiene esa sensación de bloqueo y de no estar avanzando en el trabajo y de divagar entre unos y otros temas. Es entonces, cuando después de largas jornadas de trabajo, el ordenador te pregunta: “¿Desea guardar los cambios efectuados? “ y una misma se pregunta: “¿Qué cambios, si no he hecho nada”… Pero no es así, no debemos desesperar, se irá resolviendo poco a poco cada problema que surja, por remoto que parezca, ya que es la práctica correcta para tomar las decisiones adecuadas.
Debemos entender el proceso de creación de un proyecto, como una forma poco habitual de trabajo, en cuanto a que no se siguen esquemas ni guiones, ya que en este caso, la forma de trabajar no es lineal ni responde a un orden previo, pudiendo tener en ocasiones mucho de aleatorio y de caótico. Así, desde mi práctica, puedo decir, que es lo propio trabajar a la vez en la totalidad de un proyecto, de forma paralela en todos los aspectos que intervienen y no dejar nada olvidado o para más tarde, ya que podrían quedar al descubierto errores que debieran haberse solucionado anteriormente. Así, como pauta de trabajo, habrá que ir haciendo y resolviendo de forma simultánea pero ordenada, los planos, la memoria, la elección de materiales y todo aquello que configura un proyecto completo, teniendo siempre presente en cada decisión la normativa aplicable en cada caso.
A continuación presento un vídeo resumen de los diferentes trabajos que conlleva la configuración de un proyecto que, como he expuesto, no tiene un orden en su desarrollo de forma establecida ya que nunca el trabajo para avanzar en un proyecto responderá a una receta ni a un guión planificado, sino que las propias decisiones marcarán el rumbo de un trabajo personal bien justificado paso a paso.
