Niki de Saint Phalle es una de las artistas más polifacéticas del siglo XX. Sus obras abarcan numerosas disciplinas, desde la pintura hasta el cine experimental, pasando por la escultura, el grabado y el ensamblaje. Todas estas manifestaciones y la influencia de sus referentes, Gaudí y Pollock, tienen cabida desde el mes de febrero en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Carece de formación académica y todos sus conocimientos los adquiere de forma autodidacta, consagrando los primeros años de su carrera como artista a la creación de pinturas de gran formato en las que cohabitan dos opuestos: la violencia y la alegría de vivir.
En esta retrospectiva también se puede contemplar la década dedicada a la serie Disparos públicos, que emplea elementos del body art, la escultura,la performance y la pintura para representar en múltiples ocasiones una voraz crítica al sistema social y político de la época.
Esto es sólo un avance de las más de 200 obras que relatan de forma cronológica al visitante la trayectoria de Niki de Saint Phalle y entre las que se encuentran las Nanas, las esculturas voluminosas y coloridas que representan su visión de la mujer.
