Los dibujos de Keith Haring (1958—1990) son de notoriedad probada. El minimalista muñeco, sin expresión facial y en múltiples colores es un icono del graffiti de los años 80 en Estados Unidos, un arte del que se considera a Haring entre sus valedores.
Su arte no sólo se enmarca en las fronteras de Estados Unidos ya que empleó el dibujo como la más férrea activismo y eso le llevó a viajar hasta Sudáfrica para mostrar su malestar ante el sistema de apartheid, la Alemania del Muro de Berlín y también a España, ya que hace casi 26 años pintó en el famoso barrio barcelonés del Raval un mural que, por suerte aún se puede ver gracias a la restitución del año pasado junto al Macba.
Haring realizó el mural en cinco horas, sin dibujo previo y desinteresadamente. El motivo central es una jeringuilla asfixiada por una serpiente de grandes dimensiones con un nombre escrito debajo: SIDA. Una pareja que forma una tijera secciona el animal y alguien le coloca un preservativo en la cola. Pintado con un solo color, rojo, el color de la sangre y una inscripción final, Todos juntos podemos parar el sida.
En este vídeo se puede ver cómo, a pesar de la inclinación del “lienzo”, Keith Haring pudo dejar su alegato figurativo contra esta enfermedad.
