Fanzara, un pequeño pueblo de Castellón, decora sus calles y paredes con grafitis convirtiéndose en la capital mundial del arte urbano. Las manifestaciones, que en tiempos pasados hicieron salir a la calle a los vecinos para evitar que en su zona implantaran un vertedero, crearon una unión única entre sus habitantes. Por ello la idea de convertir Fanzara en un pueblo museo o en MIAU, el Museo Inacabado de Arte Urbano, de nuevo era una apuesta tentativa que estuvieron dispuestos a aceptar.
La iniciativa en un principio contó con 20 jóvenes artistas como Deih, Hombrelópez, Susie Hammer y Julieta Xlf que participaron pintando 44 ilustraciones en las casas y callejuelas del pueblo. La noticia se extendió y sobrepasando las líneas fronterizas de España, despertó el interés de colectivos de artistas en Italia que se trasladaron hasta la península para continuar agrandado el museo.
Se trata de una propuesta innovadora que busca despertar y reivindicar un nuevo tipo de arte, donde los propios habitantes piden que sus casas tengan este tipo de intervenciones propias del “Street art”.