Lo conocí gracias a mi primo, que estaba estudiando ahí. Por aquel entonces yo estudiaba arquitectura en San Sebastián, pero debido a la crisis inmobiliaria los arquitectos estaban viéndose obligados a coger trabajos alternativos, muchos relacionados con el diseño. Visto esto, decidí tomar una alternativa práctica que me permitiese seguir trabajando en el mundo del dibujo.
¿A qué te has querido dedicar desde pequeño y por qué?
Al dibujo. Al contrario que otros niños, que al crecer dejan de dibujar, yo nunca lo hice. A los catorce, me aficioné mucho a los cómics y decidí que lo que más me gustaba dibujar era precisamente eso, historietas.
¿Cuáles son las razones por las que crees que la carrera de Diseño Gráfico tiene salidas?
Este título abarca muchos sectores, desde la ilustración de portadas o libros pasando por el diseño de marcas y packaging e incluso el retoque digital y fotográfico. En vez de enseñar una única profesión con posibilidades de especialización (como en Arquitectura) directamente te enseña facetas que ya son profesiones por sí mismas. Y todo en una sola carrera.
¿Qué opinas de las asignaturas de segundo curso en Diseño Gráfico?
Si el año pasado empezábamos a rozar la superficie del diseño, en este ya empezamos a ponernos serios de verdad.
¿Con qué diseñador gráfico te gustaría realizar tus primeras prácticas y por qué?
El ilustrador Puño, de quien nos hablaron el año pasado, parece tener una ideología muy clara y válida sobre cómo sobrevivir en el mundo artístico-laboral.
¿A qué área o rama del diseño gráfico te gustaría dedicarte en un futuro?
La ilustración.
¿Qué mensaje motivador les darías a los alumnos que acaban de empezar el primer curso de la carrera en Diseño Gráfico?
No haraganeéis. No es una carrera difícil, pero no os regalarán nada. El talento es solo la base, el trabajo hace al artista.