No es una novedad pero sí una tendencia prácticamente asimilada y asentada. Las etiquetas de las botellas de vino son más chulas que las de antaño, juegan con la tipografía, los colores el diseño e incluso con la fotografía y hacen que adquiera una dimensión estética.
En este post rescatamos algunas de las bodegas que se han apuntado a esta corriente de renovación y apuesta por el packaging trabajado y original:
4 kilos es una bodega mallorquina que lleva desde 2006 elaborando vinos pero con un enfoque distinto y una presentación que rompa los convencionalismos.Para los que tengan dudas sobre por qué han elegido este nombre tan poco apegado a la tierra, la razón está en el capital que aportaron los socios para fundar la bodega, 4 millones de las extintas pesetas.
¿Retratos en las botellas del vino? Sí. El Pícaro, El Recio y El Viejo pertenecen a la trilogía de vinos de la bodega Matsu y con cada retrato se busca representar a una generación distinta de viticultores.
La bodega de Celler el Roure ha optado por un estilo minimal para su vino Maduresa, una forma sencilla de identificar el origen del vino.
Para Lovamor, un vino blanco de la Bodega Alfredo Maestro, se han inspirado en el clásico Caperucita Roja y el lobo, no sólo para nombrar al vino, también para ilustrarlo con este simpático dibujo.
No somos los únicos que admiramos la belleza gráfica del vino, ya se pueden ver otras propuestas y listas de las etiquetas más cool del mundo del vino.